domingo, 22 de marzo de 2020

¿QUIEN GOBIERNA TU VIDA?


Leer 1 Samuel 8:9-22

Versículo Clave
“Haz lo que te pidan, pero adviérteles seriamente acerca de la manera en que reinará sobre ellos un rey.” 1 Samuel 8:9

El carácter de un gobernante se ve reflejado en el gobierno que ejerce sobre quienes están bajo su autoridad. El capítulo 28 del libro de Proverbios menciona que: con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad en una nación, pero un gobernante sin entendimiento oprimirá a su pueblo. Si pudieras definir cómo es tu vida el día de hoy, ¿dirías que está más inclinada hacia una vida estable o hacia una vida oprimida? Una vida de opresión es aquella que constantemente está sometida y presionada por un poder que la humilla y tiraniza, por un mal que la derriba una y otra vez para absorber lo poco bueno que tiene y sustituirlo con tristeza, depresión, fracaso y cansancio físico y emocional. ¡Esto es lo que el pecado hace en la vida de las personas! El vacío que provoca en nuestro corazón una falta de relación con nuestro Señor es saciado por todo aquello donde decidimos poner nuestro corazón, nuestras emociones y donde escogemos saciar nuestros deseos y placeres personales. ¿Quién gobierna tu vida? ¿Un pecado que te hace tropezar una y otra y otra vez de modo que te hace dudar de tu fe y tu compromiso con Dios?, ¿una relación de amor que provoca celos e inseguridad en ti al grado que te roba la paz, la capacidad de razonar y hasta el sueño?, ¿una venganza no consumada que te mantiene con los dientes apretados recreando en tu mente escenas de odio y dolor?, ¿un deseo por tener más y más riquezas que somete tu integridad para que cometas actos de corrupción y menosprecio hacia los demás? Cuando todas las conversaciones y el ruido del día se callan, ¿qué voz alcanzas a escuchar en tu mente y tu corazón?, ¿un canto de libertad y gratitud hacia tu Salvador o una voz acusatoria que te condena y roba la alegría y la paz?

Cuando buscamos un rey lejos de nuestro Señor
“Esta es la manera en que un rey gobernará sobre ustedes…”. En la porción de la Biblia que estamos estudiando hoy leemos al profeta Samuel haciéndole al pueblo de Israel una advertencia de parte de Dios sobre las consecuencias que vendrían a su vida como resultado de menospreciar al Señor y buscar un rey para “ser como las demás naciones“, esta advertencia sigue vigente el día de hoy, si aplicáramos los versículos 11 al 17  de la lectura bíblica de hoy a nuestros tiempos actuales algo así es como menciona la Biblia que es vivir si nuestro Rey no es el Creador del universo: Se nos demandará lo mejor de nosotros, de nuestros recursos y nuestras fuerzas para que alguien más los use para sus propios intereses; alguien más determinará nuestro valor, nuestra importancia y el rango de autoridad que tendremos; alguien escogerá por nosotros cómo y en dónde trabajaremos para obtener lo que necesitamos para vivir; nuestra familia se nos unirá en esforzarse por darle gusto a alguien más; lo mejor de nuestra vida, nuestro tiempo y recursos serán consumidos para enriquecer a alguien más y; finalmente tras haber entregado lo mejor de nosotros solamente nos quedará vivir como esclavos para poder vivir sintiéndonos seguros, protegidos y fuera de peligro. ¿Es así como quieres vivir tu vida?, ¿llamarías a este estilo de vida una vida de plenitud, felicidad y libertad?, ¿sentirías viviendo de este modo que cumpliste con el propósito de tu vida y que le diste lo mejor a tu familia? ¡Por supuesto que no!, ¡Esta no es la vida que Dios quiere para ti!, ¡Nuestro Señor no es un tirano que quiere quitarte todo lo que tienes y someterte a Él para ser feliz a costa tuya! Quien sí lo es es el diablo y  a través del pecado de incredulidad, inmoralidad y orgullo que ha sembrado en tu corazón te tiene sometido y esclavizado a Él, ¡es tiempo de dejar de vivir bajo su reinado de tinieblas para entrar al Reino de la Luz y la Verdad al que fuiste invitado por Jesús en la cruz!

Dios no será tu Rey a la fuerza
“Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero entonces el Señor no los ayudará”. Dios no creó robots que pudiera programar para que hicieran todo lo que les pidiera, en el momento y las maneras que Él quisiera, sino que creó seres semejantes a Él, con voluntad propia, capaces de tomar sus propias decisiones y de enfrentar las consecuencias que estas provoquen. Y sin embargo como lo menciona el apóstol Juan en el capítulo 1 del Evangelio que escribió dirigido por el Espíritu Santo: “Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron “. Me sigue sorprendiendo la facilidad con la que la gente rechaza todo lo que tenga que ver con Jesucristo, pero acepta rápidamente y llena de entusiasmo cualquier teoría, religión, esoterismo y creencia a pesar de que muchas de estas solamente les roban su paz, su dinero y su integridad. Lo cierto es que Dios no será nuestro rey a la fuerza, no nos obligará a seguirlo, conocerlo ni obedecerlo, lo que sí hará es invitarnos una y otra vez de más maneras de las que nos imaginamos a que nos acerquemos a Él, a que voluntariamente nos comprometamos a buscarlo para entrar en una relación personal, única e irrepetible con Él y todo su amor. Nos invitará a la Biblia para que conozcamos su corazón y a orar para que le platiquemos nuestros sueños, anhelos y necesidades y veamos en la respuesta de nuestras oraciones su poder, misericordia y gracia. Pero al final del día, seremos nosotros quienes decidiremos si “queremos ser como todos los demás” y dejarnos gobernar por los mismos reyes que controlan a la sociedad que nos rodea o bien si escogeremos a Jesucristo como el Rey de nuestro Corazón y el Autor de nuestra Salvación y nuestra Fe.

Conclusiones
Triste y asombrosamente tras la advertencia que el profeta Samuel le dio al pueblo de Israel su respuesta fue: “Aun así, todavía queremos un rey —dijeron ellos—. Nuestro deseo es ser como las naciones que nos rodean. El rey nos juzgará y será nuestro líder en las batallas”. La nación destinada a vivir gobernada únicamente por el Rey del Universo, ¡menospreció a su Creador y escogió a un hombre corruptible para que fuera su líder en las batallas! ¡Cómo es posible que sigamos menospreciando el gobierno de nuestro Salvador y decidamos vivir bajo la opresión de nuestro pecado! ¡Esta vida no es la que Dios planeó para nosotros! Sus hijos somos llamados a ser el ejemplo a seguir, los vasos sobre los cuáles vierta su poder, los reflectores donde la luz poderosa de nuestro Señor se refleje, la muestra viva de que Dios aún vive y la sucursal de su Espíritu Santo moviéndose entre este mundo para atraer más y más personas a los pies de la cruz. Nunca lograremos vivir para el propósito que fuimos creados si permanecemos lejos de una relación personal con nuestro Creador. Todo aquello con lo que estás llenando el vacío en tu corazón, tu mente y tus emociones tarde o temprano te someterá y esclavizará porque separado de Dios el pecado únicamente te conducirá a un solo final: la muerte espiritual y eterna. ¿A quién has escogido como rey de tu vida?, ¿quién gobierna tu mente, emociones y corazón?, ¿vives una vida de estabilidad y plenitud o de opresión y esclavitud? Una decisión tuya el día de hoy ¡puede cambiar el rumbo de tu vida! Corta relación con tu pecado, con todo aquello que está enfriando tu fe y alejándote de la Biblia y los tiempos de oración. Atrévete a darle un voto de confianza a Jesucristo, a ir más allá de una religión o una tradición y entrar en una relación personal con tu Salvador. ¡Dios quiere ser el Rey de tu corazón! ¡No lo hagas esperar más! Invítalo a entrar a vivir en él y a dale el control de cada área de tu vida para que su reino de verdad se extienda por todo tu ser trayendo libertad y sanidad.

1 comentario:

  1. Tremendo mensaje que nos ayuda a analizar realmente ¡quien es el que gobierna nuestras vidas?.
    El amor de Nuestro Dios es inmenso y como todo padre de familia siempre desea lo mejor para sus hijos cuanto más el Padre Celestial quiere lo mejor para su creación y sus hijos.
    Juan 3:16
    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

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